Arrancaba esta semana recogiendo el estudio anual de la Fundación Affinity sobre el abandono. ¿Recordáis? Cerca de 14.000 perros y gatos abandonados fueron sacrificados en 2015 en España (en realidad fueron muchos más) y más de 137.000 abandonados. Voy a acabarla hablando de un aspecto que quedó pendiente de ese mismo informe: las razones por las que la gente abandona, por las que adopta, por las que no lo hace y por qué devuelven a veces los animales adoptados.
Vayamos con los motivos del abandono:
El otro día ya comentábamos que el comportamiento del animal y las camadas indeseadas son las principales causas. La esterilización y un poco de sentido común evita una, aprender un poco sobre perros, cómo se comunican, sus necesidades y como educarlos, evitar cachorros si no s tienen mucho tiempo y conocimientos y acudir a un etólogo si es preciso evitaría la otra.
Ver en cuarto lugar a los descartes de la caza no sorprende a nadie que haya recorrido los cheniles de las protectoras, por mucho que luego ningún cazador reconozca tratar mal a sus perros.
Pero es que siguen ahí viejos conocidos que deberían haberse previsto. No tener dinero para atenderle, falta de tiempo o espacio, irte de vacaciones, tener un hijo o cambiar de piso debería ser algo sobre lo que reflexionar antes de meter un animal en casa. Una de mis perra tiene 17 años, la vida te puede cambiar mucho en ese tiempo, pero a nadie que haya adoptado a conciencia y tras haberlo meditado bien, nadie para el que su perro o gato sea un miembro de una familia, optaría por el abandono.
Solo podría justificar el ingreso en un hospital o la defunción, aunque en esos casos siempre me pregunto si esas personas no tenían ninguna familia o amigo que pudiera hacerse cargo. De nada sirve que te lleven flores al hospital o al cementerio si han abandonado al que fue tu compañero.
Lo de la toxoplasmosis es de traca. Décadas llevamos informando sobre que no existe peligro ninguno por convivir con un gato estando embarazada. Pero lo más sangrante para mí es ese 8,2% que ponen como motivo para el abandono “perdida de interés por el animal”. Como si un ser vivo cuya vida es responsabilidad tuya fuera como un par de zapatos de la temporada anterior.
Y aquí un punto clave del estudio. Y no me refiero a los motivos por el que la gente adopta que tenéis en el gráfico superior. No obstante, de traca también ese 2,7% que como motivo principal alude a la posibilidad de devolución, muy cuestionable también los que lo hacen por ser más barato por que un animal puede acabar saliendo muy caro proceda de dónde sea. Lo que yo encuentro clave para destacar no son los motivos por los que adoptan sino los motivos por los que hay gente que finalmente no lo hace.
Un 32,7% no adopta por no encontrar el tamaño que busca, y ya os digo yo que van buscando pequeños y minis. Y un 20,7% por no encontrar razas concretas. Un 25,9% no encuentra la edad que quiere. Y ahí hay muchos que buscan una raza, como labradores, yorkshires… y sí la encuentran pero no son cachorros. Mira que tengo dicho que no encontraréis cachorros de pura raza en una protectora.
Comprobamos así que mucha gente sigue primando el aspecto físico del animal sobre su carácter y necesidades. Gran error. No solo por el hecho de que un perro o un gato no son complementos de moda, sino porque para que la convivencia sea exitosa, para que el animal se integre en la familia lo más importante es lo segundo. También aquí primamos lo superficial sobre lo esencial, dando un ejemplo pésimo a nuestros hijos si es que los tenemos.
Mirad las conclusiones de Affinity:
- Para muchas personas el aspecto físico en general y la raza en particular siguen siendo criterios importantes a la hora de adoptar un perro o un gato. Sin embargo, la raza no garantiza ni mucho menos un determinado perfil de comportamiento. La adopción de un animal de compañía debe hacerse siempre tras un profundo proceso de reflexión, centrado en el impacto que la llegada del animal tendrá en la calidad de vida de la familia. En este sentido, un estudio de la Fundación Affinity llevado a cabo en España en 2015 indica que a la hora de elegir un animal de compañía, sólo en un 21% de las ocasiones se tienen en cuenta sus necesidades y el estilo de vida del propietario.
- Aproximadamente uno de cada 7 futuros adoptantes creen que adoptar es caro. Sin embargo, el coste medio de una adopción en España es muy bajo, sobre todo si tenemos en cuenta los costes asociados que supone para el centro de acogida cuidar a sus animales de forma responsable (p.e. alimentación del animal mientras está en el refugio, atención veterinaria, identificación, etc.).
- En conjunto, estos hallazgos indican que es necesaria una mayor labor pedagógica en relación con los beneficios de la adopción. También es importante dar a conocer mejor el enorme esfuerzo económico que supone para un centro de acogida ocuparse de un animal sin propietario. Es importante recordar aquí el gran trabajo que llevan a cabo día a día las protectoras y refugios para animales de compañía, a partir del esfuerzo desinteresado de sus socios y voluntarios.
- En esta tarea educativa deberían participar todos los agentes directa e indirectamente involucrados en la protección animal, desde las protectoras de animales, a los veterinarios y la administración.
Pobres perros y gatos que sufren un doble abandono, el primero que les condujo a la perrera o protectora y el segundo tras haber conocido un hogar y creer que ya tenían una familia… Tal vez si se hubieran dejado asesorar y no hubieran primado el aspecto físico, tal vez si hubieran meditado previamente bien lo que suponía esa adopción.
Y de nuevo aquí nos encontramos la toxoplasmosis. Y aparece un nuevo motivo que me pone los pelos de punta: “caída del entusiasmo de los niños”. ¿Cuántas veces habrá que repetir que un animal no es un juguete?