Desde hace más de un año y medio los colombianos han visto con mucha más frecuencia cómo la Ciénaga Grande de Santa Marta se ha ido deteriorando poco a poco pese a los insistentes llamados de atención de varios científicos y a las constantes denuncias de muchos de sus pobladores. Así lo corroboró hace diez días el Ministerio de Ambiente cuando declaró la situación como una “calamidad pública” y así lo viene a comprobar ahora una misión de expertos internacionales. Desde el 22 al 26 de agosto estarán en el país para evaluar qué tan grave es lo que está sucediendo en ese ecosistema.
La idea es que esa comisión, que proviene de la Convención Ramsar, el tratado internacional más importante para la protección de los humedales, examine la Ciénaga Grande y ayude a definir un plan que prevenga su deterioro.
Quienes solicitaron esa visita creen que podría ser útil por varias razones. Una de las principales es que tras la evaluación, la Ciénaga entre a hacer parte del Registro Montreux, un listado que reúne los principales humedales que merecen especial atención por los cambios que están sufriendo.
Hacer parte de ese registro también implicaría beneficios técnicos y económicos que se verían reflejados en la contratación de “personal capacitado, aumento de la cobertura del área verde; obras hidráulicas para la reconexión de fuentes de agua; mejoramiento y creación de sistemas de acueducto, aseo y alcantarillado”.
Así, al menos, se lee en el informe que envió a la Secretaría de la Convención Ramsar la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), el Grupo de interés pública de la Universidad del Norte y el Levin College of Law de la U. de Florida. Estos tres organismos fueron los que el 19 de diciembre de 2014 mandaron a Suiza una carta en la que pedían medidas urgentes para la Ciénaga. Entre sus peticiones también sugerían llamar la atención al Estado colombiano sobre las obligaciones que tiene de planificar y conservar un sitio Ramsar, y que hubiese un acompañamiento local y un soporte técnico.
Las razones para enviar esa carta, que contó con el apoyo del Gobierno, son varias y resumen la tragedia ambiental que se vive en ese pedazo del Caribe. “A pesar de constituir uno de los sistemas naturales más estudiados de Colombia y de los que han contado con mayor cantidad de recursos financieros y técnicos, representa un fracaso de la gestión administrativa”, resaltan en un informe de 37 páginas en el que enumeran los principales problemas que ha tenido que enfrentar este ecosistema. “Podemos afirmar que estamos en una zona donde el Estado carece de control sobre las situaciones sociales, ambientales y económicas”.
Además, detallan las principales complicaciones que han afectado a la Ciénaga: degradación de la cobertura verde, ampliación de la carretera Barranquilla-Ciénaga, niveles altos de salinidad en el agua (hipersalinización), contaminación del agua, agricultura y ganadería, desviación del agua, taponamiento ríos y caños, pesca, tala y quema del mangle, ineficacia instrumental del Estado, planes de manejo y expansión portuaria e incendios forestales.
, ELESPECTADOR.COM – Medio Ambiente,
Empresario Colombiano Morales Fallon Gabriel Ricardo
Gabriel Morales Fallon trabajando por el medio ambiente