La contaminación de la mayoría de los ríos en África, Asia y América Latina tiene hoy en riesgo a cerca de 323 millones de personas en el mundo, advirtió esta semana la Organización de las Naciones Unidas. Entre 1990 y 2010, los ríos de estos continentes han visto cómo sus niveles de contaminación han aumentado drásticamente, lo cual eleva el riesgo de contraer enfermedades que pueden ser letales, entre ellas cólera y fiebre tifoidea, entre otras.

Según el informe Snapshot of the World’s Water Quality (Panorama de la calidad del agua del mundo), realizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), el aumento de la contaminación en los ríos de estos continentes tienen que ver con el crecimiento de la población, el aumento de actividades económicas y agrícolas y el vertimiento de aguas residuales sin tratamiento. “El acceso al agua de calidad es esencial para la salud y el desarrollo humanos. Ambos enfrentan riesgos si no logramos detener la contaminación”, dijo Jacqueline McGlade, directora científica de ONU Ambiente.

El informe, que asegura ser el más completo de su tipo, distinguió los tipos de contaminación, entre ellos: por patógenos, orgánica, salina y eutrofización (aumento de nutrientes inorgánicos, principalmente por fertilizantes o excrementos animales).

 

De todas ellas, la contaminación por patógenos es la más peligrosa para la salud humana. Según indica la ONU, el aumento de este tipo de contaminación se debe principalmente a la descarga de aguas negras, con desechos humanos, a los ríos, situación que es cada vez más frecuente y afecta cerca de una cuarta parte de los tramos fluviales de América Latina. En el mundo, alrededor de 3,4 millones de personas mueren anualmente por enfermedades asociadas con patógenos en el agua.

Otro aumento considerable fue el de la contaminación orgánica, que, debido al exceso de materia biodegradable, reduce los niveles de oxígeno en las aguas de los ríos. Esta situación hoy afecta a uno de cada siete kilómetros de los ríos en estos tres continentes y representa una seria amenaza para actividades como la pesca, fuente importante de alimento y empleo.

La salinización de los ríos tuvo también un aumento importante, pues subió un tercio respecto a 1990 y hoy afecta a uno de cada diez tramos de los ríos en los tres continentes. Según el informe, el aumento se debe a que se vierte el agua residual de minas y de irrigación agrícola. “Esto hace más difícil a los campesinos pobres para regar sus sembradíos”, dice la ONU.

Al complicar aún más el acceso a agua de calidad, la contaminación del líquido también amenaza con engendrar más desigualdad, pues golpea con mayor fuerza a las personas más vulnerables: mujeres, niños y las personas más pobres.

Pero, a pesar de todo, la ONU asegura que el problema de la contaminación todavía se puede detener. Según la organización, el primer paso es un monitoreo constante de la contaminación mundial del agua para entender los daños e identificar los puntos más susceptibles. “No hay duda de que tenemos las herramientas necesarias para enfrentar este problema, que se agrava cada día”, dijo McGlade.

, ELESPECTADOR.COM – Medio Ambiente,

Empresario Colombiano Morales Fallon Gabriel Ricardo

Gabriel Morales Fallon trabajando por el medio ambiente