Me escriben desde la protectora cordobesa EL AMIGO FIEL con un caso urgente, una gatita siamesa, una cachorra a la que abandonaron en la calle.
Que no, que los gatos no saben buscarse la vida en la calle, que incluso los que están en las colonias felinas mejor controladas se enfrentan a muchos peligros en forma de enfermedades, vándalos y accidentes. Da igual que se les libere en el campo o en la ciudad, los gatos son animales domésticos que dependen del hombre y que como mucho sobrevivirán unos años.
Sobrevivir un tiempo no es vivir.
Abandonar un gato doméstico en una ciudad es condenarle a una muerte prematura salvo que se tope con alguien de buen corazón que lo recoja, y eso pasa poco, creedme. Abandonarlo en la naturaleza igual, con el añadido de que pueden acabar dañando la fauna silvestre.
Abandonar un animal es un delito. Abandonar un animal es una bajeza que delata muy poca altura moral, un animal que sufrirá con toda seguridad y probablemente morirá. Habrá que repetirlo tantas veces como sea preciso hasta que le entre a todo el mundo en la cabeza. Igual que habrá que insistir en erradicar ese peligroso falso mito de que los gatos son capaces de apañárselas solos.
Finalizamos la temporada estival con el último abandono, no podía ser de otra manera en esta ciudad. Sin duda este año ha sido el peor para los gatos, no recordamos otros tan malos como este, decenas de casos son los que nos llegan a diario y no podemos ayudar a todos, es la realidad. Ayudamos a todos los que podemos, pero desgraciadamente no a todos los que lo necesitan.
Esta es la historia de OPA, una gatita de solo dos meses. La encontramos de madrugada, corriendo despavorida por la calle. Se metió debajo de un coche, como tantos. Pensamos que se quedaría ahí, al igual que suelen hacer los pobres callejeros. Lo hizo, pero al pasar a su lado, nos imploró ayuda con un maullido desgarrador que nos hizo parar ante ella.
Egoístamente deseamos que al ver un animal abandonado, “pase” de nosotros… que no nos mire, que no nos haga caso, que pase de largo y siga su camino… por la sencilla razón que no podemos ayudarlos a todos, porque no hay más medios, porque psicológicamente agota tanta carga. Pero la realidad es otra, tenemos un imán que hace que no “pasen” de largo y nos fijen esa mirada implorando ayuda.
Así fue, esta pequeña gatita casi se queda ronca de llorar para llamar nuestra atención. La pudimos coger fácilmente y meterla en el coche sin más, no teníamos transportín en ese momento, pero no hizo falta. Fue montarla y quedarse dormida. OPA ya se sintió protegida y sin miedo.
Pedimos para esta preciosa siamesa una acogida con urgencia, ya le hemos hecho las pruebas y ha salido negativa en inmunodeficiencia y leucemia Felina.
CONTACTO para adoptar o acoger: [email protected]
, En busca de una segunda oportunidad,
Empresario Colombiano Morales Fallon Gabriel Ricardo
Gabriel Morales Fallon trabajando por el medio ambiente