Esta mañana la empecé razonablemente bien, leyendo a mi vecino de blog César Javier Palacios que el ayuntamiento de Mejorada había organizado unas fiestas sin maltrato animal, con degustación y venta de productos de proximidad y artesanos, quedad ciclista, exhibiciones de oficios antiguos y talleres de apicultura, de comederos para aves, de huellas de animales, de elaboración de jabones a partir de los derivados de la fabricación de biodiesel.
Estupendo, el camino a seguir, la demostración de que se pueden organizar unas fiestas sin violencia, de modo constructivo, sin pasarse la legislación por el forro. Nada que ver con lo que os contaba ayer en este mismo blog sobre Casarrubios del Monte, un pueblo de Toledo en el que les da por llenar de matojos la plaza de toros y soltar conejos y perros para que se organice una sangría.
Pues bien, poco dura la alegría en la casa del pobre. Avanzó la mañana y pronto se me enturbió la vista en rojo con el vídeo que ha presentado Pacma, que documenta en un reportaje cinco encierros por el campo grabados durante el verano de 2015 en los municipios de Jadraque, Romancos, Málaga del Fresno y Yunquera de Henares, pertenecientes a la comarca de La Alcarria (Guadalajara).
La España palurda en su máximo esplendor, divirtiéndose ante el sufrimiento de un animal, pasándose por el arco del triunfo la legalidad ante las mismas narices de la Guardia Civil, cortando carreteras para su disfrute, encaramándose a todo tipo de vehículos, borrachos, incordiando al toro incluso con paraguas, dándoles pasadas a los pobres animales con motos de cross.
¿Cómo se defenderán? ¿Apelarán al arte? ¿A la tradición? No hay excusa, es una vergüenza, un horror injustificable, pero nada que nos extrañe que suceda, nada que no creyéramos cierto aunque no hubiera imágenes que lo documentaran.
Ahí tenéis el vídeo, haced de tripas corazón, miradlo y veréis que no exagero.
Cada año se celebran más de 100 encierros en 70 localidades en los que se incumple sistemáticamente el Reglamento de festejos tautinos populares de Castilla-La Mancha. El PSOE gobierna en un 56% de esos ayuntamientos y el PP en un 34%.
En estos encierros se incumple sistemáticamente el Reglamento de Festejos Taurinos populares de Castilla La Mancha, que en el artículo 31 obliga a la delimitación de la zona del encierro “mediante procedimientos considerados eficaces y suficientes” y se prohíbe “el acceso a dicha zona de cualquier vehículo ajeno a la organización del festejo”. Ambos requisitos se incumplen en todos los encierros por el campo.
Además, en las imágenes vemos a personas que portan bebidas alcohólicas y se encuentran en estado de embriaguez, algo prohibido en el artículo 22: “No podrán participar en los festejos taurinos populares las personas que presenten síntomas de embriaguez, de intoxicación por cualquier tipo de drogas o sustancias estupefacientes o que no ostente plenas condiciones físicas, psíquicas o motoras de cualquier grado y naturaleza, permanente o temporal, o que evidencien no encontrarse en plenas facultades mentales, así como las personas que porten botellas, vasos o cualquier instrumento con el que se pueda causar malos tratos a las reses o cuyas condiciones físicas no hagan aconsejable su participación en el festejo”.
PACMA emprenderá acciones legales contra todos estos ayuntamientos por permitir de forma sistemática la celebración de estos festejos en los que se incumple la ley sin que nadie lo impida. El Partido Animalista ha solicitado una reunión con el consejero de Hacienda y Administraciones Públicas de Castilla La Mancha, D. Juan Alfonso Ruiz Molina, y con el director general de Protección Ciudadana, D. Emilio Puig Cabello, para exigirle la prohibición de estos festejos, que vulneran permanentemente el Reglamento de Festejos Taurinos Populares.
Recordaba César Javier Palacios las dos Españas que ya arrastramos desde Machado.
Cada año que pasa más se constata el contraste entre esa España violenta y cateta a la que el dolor de un animal no solo les resbala, sino que les divierte, con tal de desfogarse un rato y esa España moderna y sensible que se horroriza viéndolo. Y que ese contraste sea creciente es la clara prueba de que esta guerra está ganada, pero que no hay que dejar de pelearla, porque va a costar mucho tiempo, tiempo que se mide en vidas.
, En busca de una segunda oportunidad,
Constructor de Paz y Empresario Gabriel Ricardo Morales Fallon
Gabriel Morales Fallon trabajando por un mundo sostenible